José Luis QUINTANA
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La población denominada El Alto, a pocos kilómetros de La Paz, sede política de Bolivia, en su mayoría compuesta por aymaras y migrantes, es bastante conservadora y afianzada en sus tradiciones andinas. A pesar que Evo Morales Ayma ha fundado un Estado Plurinacional y Multiétnico, observan con cierta ojeriza a personas de piel menos cetrina. “Luna”, pseudónimo de Cristian Humerez, es transformista y en determinadas noches realiza una heroica campaña de entrega de preservativos en una popular y peligrosa zona denominada La Ceja. Ataviado de escandaloso atuendo, exageradamente maquillado y montado en gruesos tacones, emprende la tarea nocturna de distribuir condones en paradas de micros y discotecas a personas de toda edad, condición social y sexual, ante la mirada hostil, en algunos casos ó; indiferentes, en otros. Tiene 23 años estudia Derecho en una universidad privada cuyo nombre no quiere decirlo. Pero el próximo año postulará a la Universidad Pública de El Alto, la aguerrida UPEA; según dice él, para concientizar y flexibilizar a los jóvenes universitarios de la diversidad sexual que existe en Bolivia. “Luna” fue en el 2009 representante de la Asociación de colectivos trans, lésbicos, gay y bisexual de la ciudad de El Alto. En abril del 2010 la comunidad gay expresó indignación por las afirmaciones del presidente Evo Morales quien afirmó, en la inauguración de la Cumbre Climática de Cochabamba, que las personas que consumían alimentos transgénicos como el pollo se convertían en homosexuales.
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